La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), presentó un balance sobre el sector edificador en lo que va corrido del año y sus proyecciones para el próximo.
De acuerdo con cifras reveladas, el sector viene de registrar tasas de crecimiento promedio de 7,5% en los últimos años, y las cifras al tercer trimestre del 2016 registran una variación acumulada de 8,1%. Así mismo, se espera que el sector termine este año creciendo alrededor de un 5,2%.
De igual forma, el valor de las ventas de vivienda nueva en lo corrido del año (hasta octubre), ascienden a $26 billones y se estima cerrar el año con ventas de $32,6 billones.
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Según Camacol, los retos de 2016 en materia de tasas de interés, inflación y otros factores como el ciclo de gobierno a nivel municipal marcaron un entorno de menor confianza en la inversión de los hogares en vivienda y dificultades en el licenciamiento de proyectos, “factores que impactarán en el valor agregado del sector para el próximo año”.
Camacol indicó que el crecimiento de la actividad edificadora en el 2017 podría ser del 4,4%, donde la reactivación de la vivienda de interés prioritario y la segunda fase del programa de vivienda gratuita, tendrán un aporte relevante.
“La proyección de crecimiento en el sector describe un escenario de crecimiento moderado, pero favorable ante un contexto económico que ha tenido una recuperación lenta y un panorama de corto plazo en el que persisten riesgos de desaceleración”, afirmó la presidente de Camacol, Sandra Forero.
Para la presidente del gremio, el desempeño de la actividad edificadora tiene una fuente importante de su dinámica en la vivienda social, “segmento que dependerá de forma definitiva de que se establezca un marco tributario coherente con las metas de política de vivienda y acorde con las expectativas de las empresas en su ejecución. De lo contrario el sesgo a la baja de esta proyección es inminente”.
Con el 4,4% de crecimiento previsto para el próximo año, Camacol espera que el sector genere cerca de $47 billones de valor agregado en 2017 (un 6% del producto interno bruto (PIB) total del país). “Ese aporte es el que se debe tener en cuenta en las discusiones actuales de política económica como la reforma tributaria, bajo una situación en la que, además, preservar el empleo y dar certidumbre a los planes de inversión de las empresas deben ser una prioridad”.